A 35 años del Juicio a las Juntas Militares

El 22 de abril recordamos el inicio del Juicio a las Juntas Militares, que fue en 1985. Recordar para transformar. Recordamos hoy para transformar hoy y todos los días. Fueron 633 testigos y se condenó a los nueve comandantes en Jefe de las sucesivas Juntas Militares que usurparon el poder de 1976 a 1983. Acá se acuñó la fuerte expresión NUNCA MÁS.

Fue un significativo mérito del gobierno de Alfonsín que no se pudo sostener en el tiempo y que no caló hacía adentro de la estructura de las FF AA; al contrario, fue creciendo el rechazo a medida que se ampliaba el llamado a indagatorias de los genocidas. La oposición de los militares impuso que a fines del 86 el gobierno promulgara la ley de Punto Final.

Como se sabe, en ocasiones, las concesiones se transforman en debilidades. Eso es lo que sucedió y en abril del 87 el mayor Ernesto “Nabo” Barreiro que revistaba como mayor de inteligencia en Córdoba se niega a concurrir a los Justicia Federal  donde tenían que responder por los cargos de asesinatos y torturas. A los pocos días se produjo un levantamiento en cadena de las unidades militares en lo que se conoce como la crisis de Semana Santa, el trofeo para las FF AA  fue la ley de Obediencia Debida promulgada por el gobierno en junio del mismo año. Respecto a Barreiro hubo que esperar casi 30 años para que este genocida fuera condenado a cadena perpetua en el Juicio de  La Perla.

Pero la flecha ya estaba lanzada, retomemos el principio, este fue el gran mérito del Juicio a las Juntas. Las Rondas de las Madres, el movimiento por los derechos humanos se hizo imparable, imposible de detener. Cada vez se agigantaban las movilizaciones, universidades, trabajadores. Las Madres entraron al corazón de los argentinos y quedaron totalmente expuestos esos hechos aberrantes en función de los intereses de los grandes grupos económicos y la clase social que dentaba ese poder.

Saludamos a los jueces, fiscales y a esos  testigos que  hablaron por primera vez públicamente de esa máquina de matar, hablaron de capuchita, de los vuelos de la muerte, de las ratas caminando por los cuerpos, de los traslados y de la enorme solidaridad y amor de esa  resistencia, hoy más viva que nunca  como una bandera de lucha que  la sociedad argentina no abandonará jamás.

NUNCA MAS

SON 30000

MEMORIA VERDAD JUSTICIA