Los fracasos de Larreta derrumban el mito del administrador eficaz
Durante su primer período como Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta se ocupó de construir una imagen de buen administrador municipal. Obsesionado por romper y reconstruir veredas, multiplicó los valores del ABL y el boleto del SUBTE al tiempo que disfrutaba los recursos extraordinarios y los terrenos transferidos por Macri para hacer negocios inmobiliarios.
El estallido sin control de la pandemia en la Ciudad viene a desnudar su tercer fracaso como gestor estatal. Los millones que invierte para blindar su figura ya no sirven para ocultar la realidad. Los contagios evitables se multiplican, en parte porque hay barrios sin servicios básicos ni asistencia sanitaria en el marco de la emergencia. Larreta no puede explicar el destino de los créditos que tomó en dólares para obras que no hizo, como la red de cloacas y agua potable en barrios postergados como el Carlos Mugica de Retiro.
El problema de los fracasos, que se repiten a lo largo de su carrera política, es que repercuten fatalmente en la sociedad. Su rol como Interventor del PAMI durante el primer año de gobierno de Fernando de la Rúa será siempre recordado por las casi 200 facturas que se negó a pagarle a la Fundación creada por René Favaloro por servicios médicos. “Estoy cansado de luchar y luchar, galopando contra el viento, como decía Don Ata”, escribió el célebre cardiocirujano antes de quitarse la vida.
Meses después de aquel disparo en el corazón, Larreta se despidió del cargo con su propia. “La misión está cumplida”, dijo antes de mudarse a la Provincia para integrar la gestión de Carlos Ruckauf, el gobernador que huyó antes de tiempo. Apenas unos meses más tarde volvió para acompañar el derrumbe de De la Rúa en la DGI.
El segundo gran fracaso de Larreta es el Gobierno nacional de Mauricio Macri. Mientras en los medios recitaba de memoria la ubicación de baches y veredas rotas para vestirse de “vecinalista”, en la Mesa Chica de Cambiemos tomó decisiones trascendentales junto al ex Presidente, María Eugenia Vidal y Marcos Peña. Ese cuarteto fue responsable de las medidas que llevaron al país a su mayor endeudamiento, al desmantelamiento del Estado y a la caída de millones de personas en la pobreza y la indigencia.
Su pésima gestión de la pandemia en la Ciudad lo llevo a abrir las joyerías para recaudar un punto más de Ingresos Brutos mientras le niega insumos básicos a trabajadorxs esenciales de escuelas y hospitales.
Gobierna el distrito más rico del país, pero reduce de manera constante y sostenida los presupuestos de Salud, Educación y Vivienda. Hoy el peligro de contagiarse es mucho mayor en la Ciudad que en el resto del país. No es casualidad. Es la consecuencia de su tercer fracaso, el que viene a terminar de derrumbar el mito, o la mentira, de Larreta como administrador eficaz.
Eduardo López, Secretario General de la CTA-Ciudad