EL FUTURO DEL EMPLEO EN LA PERSPECTIVA DE LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA
El miércoles 24 de octubre, en la Casa de la CTA, se llevó a cabo el conversatorio “El Futuro del empleo en la perspectiva de la revolución tecnológica” organizado por la INCASI, la Comisión Europea, la CTA, la Fundación German Abdala y el Instituto Gino Germani.
El encuentro fue inaugurado con las palabras de Belén Sotelo (Secretaria Adjunta de CTA Ciudad) que invitó a pensar “cómo, en la nueva etapa política que se abre en nuestro país, reconstruimos las capacidades de la universidad y del sistema científico tecnológico para ponerlas en función de un desarrollo nacional donde lxs trabajadorxs también puedan definir nuevas formas de organización de la producción y el trabajo”. También participaron Federico Montero (Secretario General de Feduba), Pedro Wasiejko (FETIA), Mariano Denegris (UTE), Eduardo Chávez Molina (IIGG) Roxana Mazzola (FLACSO).
Emiliano Bisaro (ATE-FGA), por su parte señaló que “el desempleo en la Argentina es justificado por los sectores de poder desde el avance tecnológico. Donde ellos ven modernización nosotros vemos desindustralización y destrucción del sistema científico”. Mientras que Martín Unzué (IIGG) resaltó la importancia de que “se constituya en los gremios un espacio que nuclee la reflexión y la producción de un discurso de defensa del empleo, entendiendo que las nuevas tecnologías tienen que ser pensadas como posibilidades para mejorar la calidad de vida de todxs”.
Tras esta presentación, tomó la palabra Faustino Miguélez Lobo de la Universidad Autónoma de Barcelona, quien ya hace varios años se encuentra investigando la relación entre la revolución digital y su influencia en el empleo, señaló como “el hecho de hablar de una revolución digital, nos hace olvidar que estamos en una economía cada vez más global”. Resaltando como la tecnología es en parte causante de una crisis ecológica, subrayó el error de creer en un reduccionismo tecnológico que prescinde de la política. El investigador ilustró estas afirmaciones relatando como en Europa se está discutiendo el estatuto de lxs empleadxs de plataformas digitales, o “riders”, y la necesidad de reconocerles a estxs trabajadorxs derechos sindicales y concluyó: “si la tecnología puede incrementar la productividad, debería poder reducirse la jornada laboral, lo que potenciaría la industria del entretenimiento y crearía más empleo«.
Marta Novick de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), coincidió con lo expresado por Faustino Miguélez Lobo al afirmar que “el determinismo tecnológico no puede explicar los cambios sociales, porque la relación entre tecnología y sociedad está mediada por las instituciones. Las nuevas tecnologías también propician modelos de subcontratación“. Tras preguntarse por el significado del futuro del trabajo y por las y los sujetos protagonistas de este proceso de cambio, Novick resumió: «No podemos hablar de futuro del trabajo desvinculado de los proyectos de sociedad que queremos».
A su turno, Estela Díaz, Secretaria de Género CTA, refiriéndose a la relación entre trabajo y género, explicó como en «este futuro del trabajo se sigue perpetuando una división sexual del trabajo que no siempre se visibiliza» y agregó: «la relación trabajo, familia y cuidado debe también ponerse en agenda porque a nivel mundial las mujeres dedicamos aproximadamente cuatro horas diarias a las tareas de cuidado». Fue en relación a esta problemática que Estela acordó con lxs expositorxs que las precedieron al aseverar que “es en parte posible reparar esta desigualdad a partir de una reducción de la jornada laboral”.
Culminando la jornada, Osvaldo Battistini (UNGS) sintetizó: «El poder destructor de la tecnología está en su uso y se desarrolla en forma de amenaza, lo cual genera miedo, siendo muy efectivo para el capitalismo».
Fuente: Prensa FEDUBA