NUNCA PODRÁN BORRAR NI CAMBIAR LA VERDAD DE NUESTRA HISTORIA, NUESTRA MEMORIA Y LA DE NUESTROS DESCENDIENTES

#24 M
#MemoriaVerdadJusticia
A 45 años del golpe militar del 24 de marzo de 1976, para nuestro país y para el mundo entero es un día en que, como pueblos necesitamos expresar como nunca nuestro repudio a ese trágico día en que los militares bajo el mando de los comandantes de las tres Fuerzas Armadas: Jorge R. Videla (Ejército), Emilio E. Massera (Armada) y Orlando R. Agosti (Fuerza Aérea) perpetran un golpe de estado derrocando al gobierno elegido democráticamente por el pueblo. Con el solo fin de implementar un modelo económico avasallaron todos los derechos, valiéndose de una brutal represión. Estas transformaciones fueron posibles porque los militares contaron con el apoyo de sectores civiles y eclesiásticos como bien declaran las madres de Plaza de Mayo cuando nos hablan de dictadura cívico militar y eclésiastica.
Décadas necesitamos como pueblo para duelar tantas pérdidas en un camino de búsqueda de una sociedad más vivible para nosotres, hombres, mujeres, toda la diversidad tan perseguides y reprimides. La marea verde genero vino a construir ese sentimiento #NoEstaSola Con los feminismos se generaron esos espacios colectivos de reconciliación con aquella memoria silenciada. La memoria de los cuerpos violados por ser mujeres o identidades feminizadas.
De acuerdo con el Informe Nacional sobre la Desaparición de Personas, el 33% de los desaparecidos durante la dictadura militar del período 1976-1983 fueron mujeres, la mayoría de ellas menores a los 30 años, y el 10% embarazadas en el momento de la detención. No sólo en los centros de detención clandestinos de detención (CCD) sino también en cárceles y servicios militares y policiales, las mujeres fueron sistemáticamente sometidas a violaciones y un continuum de formas de violencia sexual y de género.

La comunidad diversa visibiliza la historia de persecución y desaparición, la memoria negada de la diversidad sexual
Los Juicios que a lo largo y ancho del país se vienen sosteniendo llevaron al banquillo de los acusados a los represores por les testigos sobrevivientes que pusieron de manifiesto el carácter patriarcal de la dictadura. Los delitos sexuales perpetrados contra las mujeres secuestradas durante la dictadura argentina estuvieron silenciados durante décadas. A partir del año 2010 se comenzó a considerar a las violaciones sexuales sufridas en su mayoría por mujeres como «parte de un plan sistemático de represión ilegal, y por lo tanto constituyen delito de lesa humanidad, imprescriptibles. Las actuaciones en la causa que investiga estos delitos contra la integridad sexual tienen carácter secreto y el nombre de casi todas las víctimas se mantiene en reserva «para evitar exponerlas y revictimizarlas.